Supón que te quiero, y que esto es el comienzo de carta de amor.
Supón que tú también me quieres y que al leerla la luz de tus ojos brillará en la habitación.
Que la responderás, poniendo tu corazón, tu sangre y tu alma en redactarme con esas palabra que tan poco te gustan, un sentimiento que nunca lograrás canalizar.
Imagina que por un instante piensas en mí, y no en otras, y que descubres que tienes un rincón en tu propia esencia que sólo yo puedo tocar. Yo pienso que me voy, que te vas, que vengo y tú no estás.
Y sin más pensar sólo creo que a mí nunca me verás. ¿y qué me das? si pienso en ti cada madrugada? ¿te importa que si la quieres me cele, y si derramo alguna lágrima?
Sabes que es por ti por quien cierro de mi mente las ventanas, envuelvo al corazón en telarañas y destierro sin retorno cada emoción de mi alma.
No te consta que aún de lejos, nado en lo profundo de tus ojos, que me acogen como el mar a sus peces mientras tú desprecias mi cariño y resbalas en la oscuridad de mis pesadillas.
No quiero que me mires, ni que me sientas.
Quiero que te vayas, con ella, con quien sea.
Que dejes a mí en paz y desaparezcas con tu corazón en guerra.
No! espera! por favor, sabes que miento.
. No te vayas, ven conmigo...no te separes de mí esta noche.
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